lunes, 27 de abril de 2015

LOS ESTADOS BÁLTICOS

LITUANIA, TIERRA DEL AMBAR.

El día está gris como ya adelantaba el tiempo. Desde el avión ya se puede ver un aspecto desaliñado de la tierra, con poca ordenación y aún menos recursos. La llegada a Vilnius, capital de Lituania, se podría definir como poco alegre. 
Visita panorámica de la ciudad y de uno de sus barrios más característicos, el bohemio barrio de Uzupis, declarado por sus vecinos ”república independiente”, con Constitución propia. Que además está traducida a todos los idiomas y expuesta en la propia calle, lugar donde los artistas también muestran sus obras. Puesto que es domingo y hace mal tiempo la gente no abunda por sus calles.



El segundo día vamos a Druskininkai, ciudad característica por su abundancia en spas y centros acuáticos. Pero Antes pasamos por el Museo Jardín de las ESTATUAS SOVIÉTICAS
Visitamos el museo de la madera; imponente y preciosa construcción toda de madera, donde además se pueden ver ejemplos constantes de los trabajos que con ella realizan los artesanos.

Llegamos a Druskininkai,  donde comemos frente al lago y después de un paseo toca relajarse en el centro Spa más grande de la ciudad. Una mezcla entre Caldea (Andorra) y Aquarama (Benicassim). Un centro grandioso con aguas termales, piscinas con olas, jacuzzis interiores y exteriores, pozas de agua fría,  toboganes, saunas...un excelente equilibrio entre diversión y relax. Para terminar el día, una cena ligera en Alytus y descansar.


Alytus es una ciudad que no ofrece mucho y la utilizamos como base, que es donde reside nuestra amiga.
Eso sí, tiene un precioso bosque por el que disfrutamos haciendo algo de deporte. 

Hoy estamos sin coche y toca ir a Trakai, vamos a ver su castillo el cual ha sido reconstruido de forma impecable durante años y que es el único castillo de Europa ubicado en medio de un lago. Para ello cogemos un autobús, si se le puede decir así, de Alytus - Trakai. 




De entrada el conductor no hace ni por entendernos, además de caracterizarse por su antipatía. El viaje dura casi 90 minutos, con un sinfín de paradas y pasajeros en su mayoría mayores y con apariencia desaliñada, dejadez, pobreza y un olor de todo menos agradable. En sus rostros se puede ver el sufrimiento de su pueblo durante los años de invasiones, genocidios y opresión. Es un país de contrastes, que trata de recuperar su identidad y reactivar una maltrecha y desolada economía. 

El día en el castillo es genial, visitamos su interior y todas sus salas donde explica toda su historia, además de los patios y el foso, es una pena que la mayoría de los textos únicamente esté en ruso, lituano y alemán. Comemos en un restaurante con vistas al lago y por supuesto su imponente castillo y la verdad es que la atención y el lugar son preciosos y exquisitos. De vuelta Alytus en "autocar"

Klaipeda, ciudad relámpago con importante puerto mercante que da entrada a gran parte de las mercancías en el mar báltico, ya que es una de las zonas portuarias donde no se congelan sus aguas.

Es una ciudad ordenada con detalles de calidad y abierta al turismo; puesto que en frente tiene ubicada la Península de Curonia, brazo de tierra declarado patrimonio de la humanidad por su exclusividad y rareza de dunas móviles, donde se ubica Nida. Tal vez por eso es por lo que se hace menos presente el paso de la colonización rusa y su comunismo. 






En Palanga hacemos visita panorámica del paseo y la Iglesia. Preciosa Iglesia de ladrillo cara vista tanto interior como exterior. El párroco nos deja pasar y vemos el interior. 

Pequeña ciudad enfocada al turismo local,  con infinidad de restaurantes y un paseo lleno de atracciones; fantástica playa con dunas naturales que como no, se funde con el bosque.  Paseo de madera con cerca de 2 km en forma de L que se adentra en el mar ofreciendo una gran panorámica de la playa. 

                                                    

En general las sensaciones de los ciudades de la costa es como más fresca; variada y libre. Lad personas más agradables, como menos presos de la historia y el comunismo. 
Se respira mejor ambiente y cordialidad.



LETONIA

Cambio radical de paisaje; carretera en muy mal estado; tráfico abundante; escasez de maquinaria y precaria. Pésimas infraestructuras; postes de luz de madera, vehículos remolcados con cintas y muy antiguos. 
Enseguida el firme mejora pero la sensaciones son de un país aun más pobre y deprimido.
En el campo se aprecian más chabolas que viviendas y la carretera vuelve a ser infame. 
Llegamos al primer núcleo de población dónde las casas recuperan su nombre.
Primera parada; hora de comer... menudo desastre; no hablan ni papa de inglés y la mitad de cosas de carta ni las tienen. Almendras rancias; patatas más secas que el ojo de un tuerto y tienen que ir a comprar para poder hacernos unos Spagueti (y eso que es una bolera con restaurante). Finalmente me decido por una carne que me dicen ser pollo y es cerdo y encima intolerante. Todo un éxito, por lo menos tienen wifi. Ja, ja, ja.

Riga

La entrada a esta ciudad cuanto menos es sorprendente y muy gratamente por cierto. Por su extensión y los precisos edificios que podemos ver cruzando el río, el cual es de enorme anchura ya sólo el hecho de que haya más tráfico me hace pensar que será de los destinos más Urban del viaje. Además de un gran número de personas por sus calles. 

A medida que avanzamos la cosa mejora con creces; el hotel Tallink Hotel Riga espectacular y la atención en un inglés perfecto y claro; sorprendente después de nuestra parada inicial. 

La ciudad es increíble y preciosa; con edificios de estilo Art Nuveau y abundancia de monumentos. Se respira un ambiente antagónico con todo lo anterior, coches de gana alta, restaurantes de alta categoría, gran movimiento de personas, tiendas de primeras marcas y una comunicación perfecta en inglés,   un servicio atento y profesional en general. Hasta el clima y las temperaturas nos han hecho un guiño rondando los 14° y brillando un fantástico sol durante ambos días. Riga se ha ganado a pulso ser la  ciudad reina de los estados bálticos. De hecho solo ésta ciudad produce el 50% del PIB de todo el país. Encantado de conocerte. Nos volveremos a ver. 





De vuelta hacemos 2 paradas; la primera en Hill of Crusses (colina de las cruces); un impresionante lugar y muy simbólico, es un santuario en Lituania a 12 kilómetros de la ciudad de Siauliai. Se caracteriza por estar repleto de cruces (más de 100.000), tanto clavadas como colgadas  a lo largo de la colina. Es un lugar de peregrinación y parada obligatoria para cualquiera que visite el país. Cuentan los ancianos del lugar, que tras la invasión Rusa, los rusos eliminaban las cruces del lugar, y que entonces los Lituanos las colocaban de nuevo e incluso más en símbolo de rebeldía, sobre todo las colocaban en honor a los caídos, que luchaban como rebeldes contra la invasión que sufrían por parte de los rusos. Ésto hizo crecer la tradición y una vez ganaba la independencia las personas pasaron a hacerlo a modo de ofrenda. Un lugar curioso e impactante que no te dejará indiferente seguro.


                       

La segunda parada es en Kaunas, la segunda ciudad de Lituania en tamaño, tengo que decir que apenas vimos mucho, simplemente dimos una pequeña vuelta por su centro histórico y únicamente puedo añadir que vimos mucha gente y joven, y que tenía un encanto bohemio y de artisteo especial.

Por último quisiera recalcar la gran belleza de las mujeres bálticas, es algo que me sorprendió mucho. Las mujeres por lo general son, bellas, elegantes y coquetas.

Tengo que decir que el viaje me ha encantado, su mezcla entre naturaleza y turismo de ciudad es perfecta, hemos pasado una semana espectacular llenas de diversión y buena compañía. Nuestr@s anfitriones han hecho un gran trabajo como Cicerone. Gracias Mónica y Manu.

@SAnchishidalgo


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